Francisco de Barrenechea y Oñate, IV Conde San Cristóbal (1832 - 1902)

Título: Francisco de Barrenechea y Oñate, IV Conde San Cristóbal y Marqués de Vargas
Fuente: bermemar.com
Formato: web
Título: Los diputados pintados por sus hechos. Estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las constiuyentes de 1869. Tomo III.
Ilustraciones: Santiago Llanta
Publicación: Madrid 1870

El diputado á quien dedicamos estas líneas pertenece al partido progresista: á ese partido que tan marcada influencia ha ejercido en los destinos de España por espacio de tantos años, y que hoy forma parto del poder supremo de la nación, como de los elementos que más han contribuido a la revolución de Setiembre.
Nació en Viana el Sr. Barrenechea, el 4 de Junio ele 1832, siendo su padre el conde de San Cristóbal,
rico propietario de la provincia de Navarra y uno de los más consecuentes liberales del país, quien constanlamente perseguido por los partidarios de D.Carlos, tuvo que abandonar su casa durante la guerra civil y refugiarse en Madrid al abrigo de las asechanzas de que continuamente era víctima de aquellos corifeos.
Avecindado en esta capital, ingresó en las filas de la Milicia nacional como simple individuo, asistiendo con el mayor entusiasmo á su defensa en la frustrada tentativa que hizo el Pretendiente. 
Terminada la guerra civil y pacificado completamente el país merced á las enérgicas medidas adoptadas por el duque de la Victoria, el conde de San Cristóbal abandonó la corte, fijando su residencia en Logroño, donde se le reunió su hijo D. Francisco después de haber hecho sus estudios en el extranjero.
Bien pronto se dio á conocer el joven Barrenechea por sus ideas liberales, afiliándose desde luego en el partido progresista, al cual pertenece todavía con la misma fé y entusiasmo que en un principio mostrara.
Consecuente en sus ideas políticas, y dispuesto siempre á procurar el bien de sus conciudadanos, como lo ha demostrado más de una vez, ha merecido de ellos pruebas inequívocas de aprecio y consieleracion.
En el banquete que el partido progresista dio en los Campos Elíseos, el Sr. Barrenechea fué, como individúo del comité de Logroño, uno de los representantes del partido liberal de la Rioja. Desde entonces viene trabajando por la causa de la libertad, siendo uno de los que más han cooperado en aquella provincia al triunfo ele la revolución.
Realizada la revolución de Setiembre, y cuando el poder soberano residia en las Juntas, fué nombrado
por aclamación alcalde popular de Logroño, nombramiento que fué muy bien recibido por el pueblo todo y sin distinción de colores, pues á su posición política perfectamente definida reunía condiciones de carácter y de arraigo que le hacian muy recomendable para ejercer dicho cargo.
Posteriormente, cuando se organizó laMilicia ciudadana, la confianza que mereció á los voluntarios de la Libertad hizo también que le nombraran comandante del batallón de Logroño.
Liberal modesto y consecuente, ha podido desempeñar elevados y lucrativos puestos con que le brindaron sus amigos; pero como sus únicos deseos son el afianzamiento de la libertad, creyó que debia renunciar todo cargo que fuese retribuido.
Amigo personal del duque de la Victoria, ha procurado siempre, y procura hoy dia, aprender y practi-car las virtudes que adornan á tan egregio patricio.
Últimamente, la provincia de la Rioja, consideránelole digno de representarla en la Asamblea Constituyente, le ha elegido diputado por la circunscripción  ele Logroño, de cuyo cargo ha tomado ya posesión.
Abrigamos la esperanza de que Barrenechea dará una prueba más de las muchas que ya tiene dadas de
su amor á la libertad , y que contribuirá en todo cuanto esté de su parte á que el país se regenere y
marche por la verdadera senda elel progreso.



Según P. Eduardo Gancedo
El cuarto conde de este título, D. Francisco de Barrenechea y Oñate, fue quién eligió sepultura en nuestro humilde camposanto; y legó al Santo Hospital de Nuestra Señora de Gracia 5.000 pesetas, y al Ayuntamiento su valiosa biblioteca; y Viana, en retorno, ha querido que su calle mas céntrica, la de Cuatro Cantones, se llame en adelante del Conde de San Cristóbal.
Este piadoso conde murió en Madrid, el 4 de noviembre de 1902; y su viuda, la señora condesa, comenzó luego las gestiones para erigir en Viana el mausoleo. Se encargó al fin la obra a un marmolista de de Barcelona, y al mismo tiempo se negoció con la Parroquia de Santa María la cesión del terreno para su emplazamiento. En 1908 estaba todo terminado: en nuestro cementerio se erguía un suntuoso panteón de mármol blanco, delicadamente cincelado;  en él se depositaron los restos de los condes III y IV de San Cristóbal, y seguramente los de algunos otros miembros de la familia. Se asegura de público haber costado el sarcófago cinco mil duros; y aún parece a los críticos haberse quedado muy corta la fantasía de los calculadores.


 Panteón de los Condes de San Cristobal en el cementerio (1908)

Escudo en la base del panteón

Según Juan Cruz Labeaga
Otro panteón destacable es el de los condes de San Cristobal, realizado en mármol blanco con un ángel depositando un ramo de rosas y heráldica entre palma y laurel y una condecoración. Fue realizado hacia 1907 en talleres barceloneses y su coste se elevó a 5.000 duros. Fueron enterrados los condes III y IV de este título y algunos familiares. 

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