Diccionario geografico universal, 1793

Título: Diccionario geografico universal: que comprehende la descripcion de las quatro partes del mundo, y de las naciones, imperios, reynos, repúblicas, y otros estados ... lagos, rios, desiertos ... :
Autores: Lawrence Echard, Antonio de Capmany y de Montpalau
Publicación: en la oficina de la Viuda é Hijo de D. Pedro Marin, 1793
Fuente: GoogleBooks

Tomo tercero [P-Z]
Viana , pequeña Ciudad de España en el Reyno de Navarra, con antiguo titulo de Principado que tomaban los primogénitos de aquella Corona , situada en una llanura en la frontera de Castilla. Su clima es agradable y sano, y el suelo dá bastante trigo, vino excelente, aceyte, legumbres, y tiene buenos pastos. Hay 2 Parroquias, un Convento de Frayles, y un Hospital: su población se compone de unos 700 vecinos, que están exentos de tributos, y gozan de otros muchos privilegios concedidos por los antiguos Reyes de Navarra. Está junto a la orilla izquierda del Ebro , á 8 leg. N. O. de Calahorra , y 13 S. O. de Pamplona.

Viana en el Diccionario de Madoz, 1830

Título: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España. 
Autor: Pascual Madoz Ibañez
Año: 1830
Fuente: GoogleBooks

Tomo XVI, p.8

VIANA: c. con ayunt. y estafeta de correos en la prov., y c. g. de Navarra," part. ind. de Estella (6 leg.), aud terr. do Pamplona (13), clióc. de Calahorra (9): SIT. sobre una pequeña eminencia que se levanta en una dilatada llanura; Clima benigno; reina el viento N., y se padecen tercianas y calenturas gástricas. Tiene 700 CASAS que forman 3 plazas y 48 calles; casa consistorial bastante capaz, con cárcel; 2 escuelas de niños, á las cuales concurren sobre 200 alumnos y doladas con 6,730 rs., y otras 2 de niñas con la asignación de 588 rs.; 2 igl. parr. (San Pedro y Sta. Maria) y servida por un cabildo compuesto de 30 beneficiados, que asisten también al barrio de Aras, que es anejo; cementerio al S., 3 ermitas (la Soledad, Ntra. Sra. de Cuevas y San Martin), y para el surtido de la pobl. una fuente á su estremo y varias en sus inmediaciones, de aguas saludables. El Térm. se esliendo de N. á S. 4 leg. y de E. á O. 2 4/2, y confina N. Aguilar; E. Bargota; S. el r. Ebro, y O. Logroño, Oyon v Moreda: comprendiendo en su jurisd. 4 sotos poblados áe chopos y arbustos, y algunos prados naturales que producen yerbas de pasto. El TERRENO es llano y bastante productivo, bañado y fertilizado en su paite meridional por el r. Ebro, que corre de O. á E. CAMINOS: la carretera de Pamplona á Logroño, y otros á los pueblos confinantes. El CORREO se recibe, por balijero de la misma c, los domingos, martes, miércoles y viernes, PROD.-. trigo, cebada, avena, vino, aceite, patatas, alubias y otras legumbres; cria de ganado lanar; caza de conejos, liebres y perdices, y abundante pesca, IND: ademas de la agrícola y pecuaria hay 2 molinos harineros y 3 de aceite, COMERCIO: algunas tiendas de art. de primera necesidad, POBL.: 683 vec , 2,803 alm. RIQUEZA, con Aras y Bargota, 4.960,422 rs.

HISTORIA. Los autores del falso catálogo de los mártires de la persecución de Diocleciano, y con ellos el maestro Argaiz y otros de no mejor crítica, quisieron que cierto templo de Diana hubiese sido en lo ant. el móvil social de esta pobl., y que su actual nombre Viana sea aun pequeña adulteración de Diana; doctrina caprichosa que es preciso desechar sin impugnarla. No es de este carácter la cungetura del ilustrado Cortés, quien sospecha si el nombre de la ant. Pinetum del Itinerario Romano pudo ser Vínetum y haber parado en Viana; mas nunca podrá pasar esto de una débil sospecha, fuera de reputación como de prueba. Consta solo que es pobl. ant., aumentada por el rey O. Sancho el Fuerte, que eu 1219 reunió en ella los pueblos ó ald. de Longar, Tidon, Prezuela, Cuevas, Piedrafita, Soto, Cornava y Gorano; conservando todos por algún tiempo sus respectivos ducados. Concedió á la vez grandes privilegios á los pobladores; y en consecuencia de esto, muchos lo han tenido por su fundador. Este monarca la hizo plaza de armas respetable para seguridad de la frontera de su reino; y desde luego fue v. importante, con voto en Córtes, acrecentándose por cada día sus privilegios. Teobaldo II los aumentó en 1270, y muy particularmente D. Enrique en 1271. El infante D. Fernando de Castilla la combatió en 1274, causando grandes daños á sus hab.; pero no pudo tomarla por la valerosa resistencia de estos. La reina Doña Blanca la premio, libertándola de cierto censo. En 1304 tuvieron los vianeses algunas contiendas sobre el repartimiento de contr. vecinales para las fortificaciones y otras necesidades del pueblo, y acudieron al gobernador del reino; por cuya autoridad se hizo una estadística municipal á que en lo sucesivo se arreglasen los repartimientos. En 1307 el conc., con presencia de 167 vec., hizo unión para la defensa y protección común y particular de la pobl., fueros, térm., propiedades, derechos y personas. D. Cárlos II aumentó los privilegios eu 1351. El vecindario de la v. con sus ald. en 1386 ascendía al número de 265 individuos, entre ellos 45 judíos. En 1368 el rey les absolvió de un censo ánuo, y el conc, le compró la contr. que le pagaba, llamada fonsadera: asimismo le compró el 1. de Agoncillo y las ald. de Vilella y Lazagorría con todos sus térm. En 4169 fue muerto dentro de la pobl. el escudero Martin de Araiz ó Ruiz: no fueron conocidos los agresores, y en su consecuencia fue multado el vecindario: la reina Doña Juana le perdonó parte de la multa, y medió con Lope de Andueza, hermano del muerto, para que cesase en la satisfacción del delito. En 1387 Viana y sus ald. contribuían en los donativos por 230 fuegos de vec. francos, 7 hidalgos y 42 clérigos. En 1413 D. Cárlos III, considerando los padecimientos de la pobl. y sus ald. en las guerras con Castilla, hizo libres á todos sus vec. cristianos, como los que habitaban las demás buenas v. En 1414 les dió 200 libras, espresando ser para comprar arneses por defensión de dicha villa, é por tal que puedan resistir a los de Logroind é de los otros logares de Castieilla con que continuadamente han disensiones, et debates, en razón de términos entré eillos.
En 20 de enero de 1423 D. Cárlos hallándose en Tudela erigió en principado á Viana para los primogénitos herederos del reino; agregando á esta pobl. las v. de La Guardia, San Vicente , Bernedo, Aguilar, Uxerevilla , Población, San Pedro, Cabredo con sus cast. y ald., y los 1. de Val deCampezo, con los cast. de Marañon, Toro, Perrera y Buradon. Posteriormente agregó aun el mismo rey las v. de Corella, Cintruénigo, Peralta y Cadreita. En 1444 el príncipe de este nuevo estado recompenso también los continuos daños que los vianeses sufrían de los de Logroño. D. Enrique de Castilla la sitió en 1460 y 1461 , combatiéndola con toda suerte de ingenios: los vianeses, al mando de Mosen Píerres de Peralta, la defendieron heroicamente. Pero al fin reducidos al estremo por el hambre, obtuvieron espresa licencia y orden de su rey para rendirse al castellano, en cuyo nombre la ocupó D Gonzalo de Saavedra. En 1466 los vianeses, alzándose contra sus dominadores, lograron acorralar al gobernador castellano en el cast. de doude lo echarou, con el auxilio del ob. de Pamplona, conde de Lerin D. Luis de Beaumont. Esta empresa costó á la v. 6,743 libras carlines, y no debieron ser menores los perjuicios causados por la cabalgada que Fortuño de Toledo hizo desde Sto. Domingo do la Calzada y Logroño, talando 9,000 peonadas de viñas y arboleda fructífera. La princesa Doña Leonor, recompensando estos menoscabos le concedió un mercado franco el miércoles de cada semana, ademas del que ya disfrutaba los lunes. D. Juan II la agregó á su corona con motivo de los ruidosos disturbios quo mediaron entre aquel rey y su hijo , el desgraciado principe D. Cárlos. Eu 1507 poseída por los beaumonteses, mandó el rey cercarla, y D. Luis de Beaumont, hijo del conde de Lerin, se puso en ella para defenderla: el duque do Nágera se dispuso desde luego para acudir en su socorro; y el condestable de Castilla para ayudar al rey. El conde de Lerin consiguió socorrer a su hijo y ia fort., causando aun gran daño a los sitiadores, con muerte del duque de Valentinois que los mandaba, siendo numerosísimos: pero hubo de retirarse el de Beaumont á Lerin, y la plaza fue al fin rendida por haber llegado fuerzas de refresco contra ella. Siguió la suerte de las demás fort. de Navarra en la incorporación de este reino con la corona de Castilla. Después se decretó que, con sus ald., so uniese al corregimiento de Logroño; pero conocido que esto perjudicaba á la Navarra, se revocó en 1523.
En 1588 fue perturvado el ayunt. en su costumbre de celebrar una fiesta llamada del reinado, por la pascua de Resurrección, reducida á reconocer sus térm. y mesones y hacer una cacería general, tomando para el gasto un cordero de cada rebano, y el pan y olertorio de las igl. El ayunt. fue denunciado ante el ale. por correr igualmente el soto del rey; aquel acudió al virey para que no se le molestare en su costumbre; y este mandó que no se procediese por entonces, pero que en lo sucesivo se observase cieita provisión acordada. En 1630 compró el conc. al rey la alcaidía de la casa real y el soto llamado Galindo, en 38,000 ducados. En el mismo año la hizo c. Felipe IV; la estensa jurisd. de Viana ce fue reduciendo, y en 1819 se emancipó Borgota, quedándole ya solamente Aras. Su escudo de aimas, merced de D. Juan II, ostenta las barras de Aragón y al timbro corona. Es patria de D Juan de Aimar; del jesuíta Alesoa, anialisla regnícola; de D. Francisco de Acoa y Bustos, arzob.de Zaragoza y escritor de mérito; y de D. Julián de San Cristóbal, conde de San Cristóbal, autor de una Justificación histórica de la venida de Samugo el Mayor á España.
A mediados del año de 1834 fue sorprendido en esta c. el barón de Carondelet, general de las tropas de la Reina, que la ocupaba con 800 infantes y 2 escuadrones de la Guardia Real. Resistierou con denuedo el primer choque de la división carlista mandada por Zumalacárregui; pero después se retiraron haciéndose fuertes en un conv. dentro de la pobl.; esta fue abandonada por los carlistas, temerosos de una división de tropas de la Reina, que se aproximaba en auxilio de los sitiados.

Viana en el Diccionario de Ochoa, 1842

Título: Diccionario geográfico histórico de Navarra 
Autor: Teodoro Ochoa de Alda
Año: 1842
Fuente: GoogleBooks (1ª edición 1842)  Biblioteca Navarra Digital (2ª edición) 1852
VIANA c. de la m. de E. conf. por s. con el cerro de Cantabria y Logroño, por n. con Cornago, y por o. con Oyon: situada en llano con pendiente por e. s. y o. desde donde se descubre un horizonte alegre: el terreno es muy fertil y se calcula la cosecha de trigo en 46 mil robos, la de cebada en 40 mil, y la de vino en 30 mil cargas: hai 2 parroquias de San Pedro apostol y de Nuestra Señora: sus edificios son grandes y bastante adornados: el convento que habia de San francisco está suprimido: hai una hermita de San Miguel, célebre por una inscripcion que (se dice ) haber tenido , con la que se quería probar la venida de San Pablo á España. Se cree que la Ciudad es fundacion del año 1219 de D. Sancho el fuerte para asegurar por aquella parte su reino contra las pretensiones de Castilla, pero como consta en otros lugares que ya habia poblacion de Viana, parece lo mas cierto que D. Sancho la sacó de su obscuridad, ó le dio ser eligiendo por mas oportuno el sitio de Viana para formar una plaza de armas respetable en la frontera del Reino. El Rey D. Carlos 3.° de Navarra hallandose en Tudela por Enero del año 1423 erigió en principado á Viana para honrar con su titulo á los primogénitos del Reino, para cuyo fin le agregó varios pueblos. La Reina Doña Juana, muger de Carlos segundo en ausencia del Rey perdonó á los de Viana parte de la multa en que fueron condenados por haber sido muerto una noche dentro de la v. Martin de Araiz escudero, y escribio una carta al hermano del muerto para que cesára en su venganza; copiaré algunas clausulas que descubren las costumbres del siglo: « A Lope de Andueza escudero, salut. Bien, sabedes como al tiempo que el rey nuestro señor entró en la v. de Logroño Martin Araiz vuestro hermano fue muerto de noches en la v. de Viana, sobre la cual muerte nos oviesemos fecho prender ciertas personas de la dicha villa, et porque en aquella non se fallaba clarament qui habia fecho la dicha muerte, se ha ordenado et mandado por los del nuestro consejo que cien florines sean dados á vos como hermano para facer cantar capellanias por su anima, et que con esto vos ayades de finar la enemistad por vos, et por las creaturas de dicho muerto, et dar paz et tregoa al concejo de dicha villa de Viana, et á todos los vecinos et habitantes del dicho lugar.» Ordena á Lope que comparezca en su consejo a recibir los cien florines al tercer dia despues de la próesima epifania, y no haciendolo, añade: « Nos desde agora para entonz les finamos la dicha enemistad et les damos paz fin et tregoa á los de Viana por vos et por todos los parientes et valedores del dicho muerto, et vedamos et defendemos a vos é á ellos s jpena de incoi rer en caso de traicion que á los dichos de Viana, ni á ninguno de ellos non fagades mal, daño ni villania en personas nin bienes como á aquellos con quienes abedes paz, fin et tregoa: Dat en Olit XV dias de Diciembre layno de gracia mil ecc sixante é nueve.» Este suceso manifiesta el estado de la legislacion criminal en aquel tiempo en que se permitia á las partes la venganza para castigar, no solo los delincuentes conocidos, sino los comunes qne .carecian de culpa, solo porque en su territorio se habia cometido el delito. Sin embargo se ve que el gobierno no aprobaba enteramente lo que permitia, precisado sin duda del demasiado poder que la ley y la costumbre daba á los ricos hombres é infanzones, por no hallarse aún refundida toda la autoridad en los soberanos y sus tribunales. Se hicieron célebres los de Viana por su valor en varias ocasiones; una de ellas fué cuando D. Enrique Rey de Castilla en 1461 les puso sitio. Defendia la plaza Mosen Pierres de Peralta hombre de mueho punto, Condestable de Navarra, que resistió con gran ánimo todos los ataques del enemigo, y á no tener que hacer frente sino á los hombres hubiera conservado la Ciudad, pero el hambre le obligó á capitular y rendirse. Habla de esta entrega con elogio la Princesa de Navarra Doña Leonor en un privilegio concedido á los Vianeses en 1467 por Octubre estando en Estella, en el cual despues de referir cómo sitió el Rey D. Enrique á Viana y la combatió todos los dias con bombardas, trabucos, cortantes y otras diversas artillerias «virilmente por mu»chos dias se defendieron los de la dicha villa, fasta tanto que fa»lleciendoles provision é mantenimiento morian las gentes, é vinieron en tiempo que comian caballos é otras fieras inusitadas, é asi "afligidos é por mas no poder comportar con espresa licencia é «mandado del Rey mi Señor, se rindieron al Rey de Castilla en po»dcr del cual é de sus capitanes asi tiranamente ocupados estuvieron por espacio é tiempo de cinco años» &c. Entró en 1a villa D. Gonzalo de Saavedra Capitan General de Castilla y mientras el entraba por una puerta con la alegria del triunfo, Mosen Pierres de Peralta salia por otra vestido de luto, manifestando el dolor que le causaba la desgracia. No tardaron los de Viana en repararla y ayudados del Obispo de Pamplona, Conde de Lerin, D. Luis Reaumont echaron del castillo en que tenian encerrado al Gobernador Castellano: hasta las mugeres de Viana se portaron en aquella ocasion, pues dice D. Juan de Amiax» que no menos las doncellas que las casadas disfrazadas con los vestidos de sus hermanos y maridos muertos hicieron señaladas proezas; por ellas D. Juan II de Aragon y Navarra concedió á Viana por su escudo las barras de Aragon agregandola á su eorpna con motivo de los ruidosos disturbios de su hijo el. desgraciado D. Carlos, principe de Viana. Sobre otras antigüedades puede verse el diccionario de D. José Yanguas y Miranda principiado á dar a luz el año de 1840 en Pamplona: hay escuela con 2 maestros cuya dotacion total al año 10220 rs. vn. y asisten 9b: dos de niñas con 2 maestras cuya dotacion total al año 2420 rs. y asisten 40: su población actual es 3289 a.

Otras referencias:


Índice 01. Viajes, historia y geografía

Viana vista por Mellado, 1849

Título: Recuerdos de un viage [sic] por España.
Autor: Francisco de Paula Mellado
Año: 1849
Fuente: GoogleBooks o Biblioteca de los Museos. MECD.
Vista de Logroño
Capítulo XV. Navarra - Viana - Los Arcos - Estella
[...] Viana es ciudad poco notable situada en una colina, y dominando una llanura, en la que pastan multitud de ganados lanar y vacuno, y que produce vino en abundancia, aceite, granos, legumbres y otros frutos. Es del obispado de Calahorra, y del partido judicial de Estella, hay dos parroquias, un hospital, un ex-convento y los restos de un antiguo castillo de la edad media, y cuenta dos mil ochocientas tres almas. Aunque Viana es de remoto origen, no abunda en recuerdos históricos como otras mil poblaciones menos importantes; sin embargo, el haber sido elegida en 1423 para capital de un principado compuesto de varios pueblos, que el rey de Navarra don Carlos III el Noble erigió en 26 de enero del mismo año en las Cortes de Olite, en favor de su nieto primogénito don Carlos y de todos los que en adelante fuesen sucesores de la corona de Navarra, muestra la estima que de Viana hacían sus reyes. Nuestra estancia en esta ciudad fue de un día, que pasamos sin saber que hacer, porque no llevando recomendación ni visita alguna, no teníamos con quien hablar, mas que con nuestro posadero, hombre recio, brusco y amigo intimo del porrón, del que no se apartaba un instante. Sin embargo, merece aquí una honorífica mención, pues enriqueció nuestros apuntes de viaje con la siguiente historia que nos refirió, al preguntarle Mauricio a quien pertenecía un vetusto caserón desierto y herméticamente cerrado, que al frente de nuestro alojamiento, se alzaba grandioso y sombrío.
—En el mismo año que ahorcaron al rey de Francia, dijo nuestro huésped contestando a la pregunta de mi amigo
—Que guillotinaron querrá vd. decir, interrumpió Mauricio.
—Para mi es lo mesmo, replicó el patrón, murió don Saturnino Peralta, caballero excelente, y sobre todo cristiano viejo, el que no dejó hijos, porque nunca había sido casado.
—Esa no es razón para no tenerlos, volvió á decir Mauricio.
—¿Quieres callar? le dije yo.
El posadero dio un detenido beso a su porrón y continuó sin alterarse.
—La justicia tuvo que guardar las llaves de esta casa, disponer el entierro de don Saturnino, y administrar sus muchos bienes hasta saber quien era el heredero que debía ser su dueño. Así se pasaron bastantes años, y el mismo en que se acabó la guerra de la pendencia.
—De la independencia, dijo el inexorable crítico.
—Para mi es lo mesmo, contestó el narrador, y echó un nuevo trago. Como iba diciendo, en aquel mismo año llegó aquí una señora muy mayor, con dos hijas hermosas como la Virgen, y tomó posesión de la casa y bienes de don Saturnino, porque justificó que era su parienta, aunque en grado muy remoto. Aquella familia dio mucho que hablar en el pueblo, lo uno porque llegaron de noche sin que nadie las viera en dos literias.
— Literas querrá vd. decir.
—Para mi es lo mesmo, repitió el impasible cronista. En la una literia venia la señora, que después se supo llamarse doña Salomé, con su doncella, y en la otra las dos hijas, que como llevo dicho, eran muy guapas, y tenían de nombre Raquel y Esterita, nombres de santos nunca oídos en esta tierra, bien es verdad que ellas venían de muy lejos, muy lejos, de allá, de Inglaterra o América.
—¿En qué quedamos amigo, de cual de las dos partes venían las herederas de don Saturnino?
Humedeciendo otra vez su garguero con el suave licor, repitió el patrón su conocida muletilla, para mí es lo mesmo, por toda respuesta.
Nosotros supusimos vendrían de la América inglesa: y aquel continuó.
—Pues señor, lo que más chocó a los vecinos, fue que doña Salomé nunca iba a misa, es verdad que nunca salia de casa, ni nadie la veía, y solo recibía las visitas del médico, por lo que se supo que estaba enferma, pero no cual era su enfermedad. Por las criadas de la casa nunca se pudo saber nada, porque a doña Salomé no la servía ninguna otra más que la doncella que había traído de estrangis, y esta no hablaba cristiano. Por fin doña Salomé murió, pero tampoco pudimos verle la cara, pues el señor cura que le llevó el Viático entró solo en su alcoba sin permitir al sacristán que lo hiciera, aunque tenía buenas ganas. Cuando la llevaron a enterrar, contra la costumbre del pueblo, iba encerrada en el ataúd con tres llaves, de modo que nos quedamos sin el gusto de conocerla. Poco tiempo después, doña Raquel vimos que estaba mas encarnada de la cara que lo que acostumbraba, y al cabo de algunos meses dejó de salir de casa, se encerró en el mismo cuarto donde estaba la madre, y ya no se le volvió a ver, y corrió la voz de que se había vuelto loca. En esto vino la guerra de don Carlos y llegó aquí un destacamento de infantería de las tropas de la reina, mandado por un capitán joven y guapo mozo, que fue alojado en casa de doña Raquel. El primer día empezó a requebrar a doña Esterita, el segundo ella le dijo que también le quería, en fin, a los ocho días de estar aquella tropa en Viana, el alojado y su patroncita trataron de casarse. Ya había venido al capitán la licencia real y ya estaba todo corriente, cuando una señorita del pueblo llamada doña Fermina, que según decían estaba enamorada del capitán, y tenia envidia a la novia, le escribió a aquel una carta sin firma, en que le decía que todos los de la familia de doña Esterita tenían que morir de una enfermedad horrorosa y hereditaria, y que si quería convencerse de ello que entrara de pronto en el cuarto de la que llamaban la loca, y que lo vería por sus ojos. El capitán al principio despreció el aviso, pero luego le picó la curiosidad, e hizo lo que se le prevenía, y vio tales cosas que espantado escapó de la casa, se mudó a otra, retiró su palabra de casamiento, y dio en cortejar a la señorita del anónimo. Una noche al retirarse de la casa de ésta, le dispararon un trabucazo, y dos balas le agujerearon el morrión. Otra vez, también después de oscurecer, se llegó a él un pobre a pedirle limosna, y al tiempo de meter la mano en el bolsillo, tiró aquel de un puñal, y le hirió en un brazo aunque ligeramente. El pobre echó a correr, pero el capitán lo cogió, y vio asombrado que era la misma doña Esterita disfrazada, y tuvo la generosidad de dejarla libre. Al poco tiempo salió del pueblo el capitán, y se corrió la voz de que muriera en la batalla de Luchana. Entonces doña Esterita se volvió loca rematada; rompió los muebles, los tiraba a la cabeza de los que pasaban por la calle, quería ella misma matarse... en fin, la justicia tuvo que recogerla y enviarla a Zaragoza... para lo que el mismo alcalde con cuatro hombres robustos tuvo que entrar en la casa y todo se descubrió...
Aquí el cronista fatigado por tan larga oración, o impulsado por las frecuentes libaciones, se quedó dormido sobre la mesa en que se apoyaba. No pudimos menos de reírnos de este incidente, pero Mauricio mas impaciente o interesado en la conclusión de la historia, le sacudió fuertemente en el brazo diciéndole:
—¡Eh! buen hombre, acabe vd. el cuento antes de dormirse.
—Para mi es lo mesmo, respondió bostezando el buen navarro; pero ya he dicho que todo se descubrió.
—¿Pero qué fue lo que se descubrió?
—¿Pues no lo dije ya? se descubrió que doña Salomé, doña Raquel, doña Esterita, y toda su raza eran de judíos, judíos legítimos.
—¡Cómo!
—¿Pues qué, no sabe vd. que puede haber judío sin ser gafo, pero no puede haber gafo sin ser judío? —Nada podemos comprender de lo que vd. nos dice.
—En verdad que es bien extraño que corriendo vds. tanto mundo como dicen, y sabiendo tanto de letra, ignoren que todos los gafos descienden de aquel judío que escupió en la cara a N. S. J. C, en casa de Pilatos, y que esta espantosa enfermedad, es efecto de la maldición que Dios le echó a toda su posteridad.
—¿Y bien, que tiene que ver?..
—Que cuando entró el alcalde a buscar á doña Esterita, vió á la enferma que ya tenia comida casi toda la cara.
—Eso es horrible, ¿y doña Fermina?
—Doña Fermina se casó con el capitan.
—¿Pues no habia muerto en la de Luchana?
—Así se dijo aquí, pero no había sido él, sino otro del mismo nombre. Al dia siguiente salimos de Viana para internarnos en el pais y recorrer de él la mayor parte que nos fuese posible.[...]