Retablo del altar mayor, Bernardo de Elcaraeta

Fuente: Juan Cruz Labeaga, La obra del escultor Bernardo de Elcaraeta en Santa María de Viana, Príncipe de Viana, ISSN 0032-8472, Año nº 48, Nº 182, 1987 , págs. 757-78

HISTORIA
  • 1663-1967. Se construye la arquitectura. 52.013 reales de vellón castellanos en 1690.
  • 1670-1674. Esculturas por Bernardo de Elcaraeta y ayudantes (Andrés de Larrea, padre e hijo, Juan de Larráinzar y Juan Bautista de Suso, y posiblemente Francisco Jiménez II). 47.815 reales de vellón castellanos. 
  • 1726. Dorado y estofado. 55.000 reales de vellón.
ARQUITECTURA
La arquitectura general, de planta quebrada y de inspiración romanista, se compone de tres cuerpos con sus bancos correspondientes, divididos en tres calles, dos entrecalles, más otras dos de cerramiento, y el último cuerpo va rematado por un frontispicio.
  • Primer cuerpo. Sobre el pedestal de piedra se levanta el primer cuerpo adornado de recuadros, repisas para las imágenes y dos alacenas para los relicarios. La ornamentación es vegetal de frutas y hojas carnosas y placas cactiformes de acusado relieve. Ocho columnas, con capiteles corintios y fuste estriado, sostienen un entablamento con decoración vegetal y cornisas dentelladas. Delante de las entrecalles están las imágenes de bulto, en las calles colaterales los relieves dentro de artísticos marcos, y el hueco central es un trasparente de gran riqueza decorativa.
  • Segundo cuerpo. El segundo cuerpo es idéntico al descrito, si exceptuamos la carencia de relicarios y el que en la calle central está el relieve de la Asunción.
  • Tercer cuerpo. El último cuerpo es más estrecho, las columnas se sustituyen por ricas pilastras con guirnaldas de  peras, uvas y granadas, y en las calles laterales se abren nichos con arco de medio punto. 
  • Coronamiento. El coronamiento consiste en águilas y flores en los extremos y un rico frontispicio circular con un jarrón de dos asas para contener azucenas, emblema parroquial, que sostenían dos enormes ángeles que hace algunos años fueron retirados.
La arquitectura es clara, precisa, bien delimitada, con predominio de las líneas verticales de las columnas, rotas por las horizontales de los bancos y entablamentos. No resulta pesada, pues el adelantamiento de las columnas le da diafanidad, ni estática, debido a la planta quebrada y verticalismo, y consigue buenos efectos de claroscuro. El conjunto, por la decoración de todos los espacios con vegetales, frutos y molduras picadas, es suntuosísimo. Su carácter romanista estructural queda enmascarado por esta decoración ya plenamente barroca.

RELIEVES
  1. La Anunciación, los personajes están colocados con gran verticalidad en las esquinas del rectángulo, y el resto se llena de detalles que a veces caen en lo anecdótico y descriptivo: angelillos abriendo el baldaquino, la mesita, el florero, el cestillo de la ropa y los libros. El ángel es blando con belleza de muñeco.
  2. La Visitación con las primas en primer término abrazándose, y detrás San José y Zacarías que se saludan de una forma tan original y anacrónica como es el quitarse sus respectivos sombreros circulares. El fondo lo ocupan un árbol y una arquitectura barroca rematada por un escudo.
  3. El Nacimiento de Jesús
  4. La Epifanía, en éste y el anterior, el espacio que dejan libre las figuras principales se recubre con angelillos y arquitectura, pastores y corderos, y también lo anecdótico es importante como la gran estrella y el pastor tocando la cornamusa.
  5. La Virgen de la Asunción ocupa el centro del cuerpo, es una elegante figura casi exenta, posada sobre la bola del mundo, sostenida por ángeles, de aspecto joven y esbelto; otros angelillos entre nubes la rodean completamente a modo de corona sosteniéndole el movido y anguloso manto.
  6. Coronación de la Virgen. Cristo con la cruz, el Padre con el mundo y el Espíritu Santo en forma de paloma, coronan a María arrodillada y con las manos juntas, mientras cantan ángeles con instrumentos de cuerda. 
Los relieves descritos, orlados de riquísimos marcos, son de una gran calidad, algo amanerados y de ejecución blanda, pero resultan bellos y piadosos, y las imágenes de los primeros planos son casi de bulto redondo. Se observa cierto afán por llenar todo el espacio enmarcado y una propensión hacia lo anecdótico y pintoresco, como en los sombreros circulares, que por cierto recuerdan a los de Gregorio Fernández. La rica policromía en oro, azules, rojos, y verdes preferentemente y los adornos florales a pincel dan mucha elegancia a estas escenas.

IMÁGENES
Las imágenes exentas de los doce apóstoles están perfectamente colocadas en los intercolumnios de la arquitectura de los diversos pisos y en los remates laterales. Los apóstoles llevan casi todos un libro y otro atributo por el que se identifican.  Al primero y cuarto de último cuerpo se les representa sentados, el resto de pie sobre repisas.
  a. San Juan (cáliz), 
  b. San Pedro (llaves), 
  c. San Pablo (espada), 
  d. Santiago (báculo); 
  e. San Bartolomé (cuchillo y demonio a los pies), 
  f. San Andrés (cruz en aspa), 
  g. Santiago el Menor (garrote) y 
  h. San Felipe (cruz). 
  i. San Simón (sierra),
  j. San Mateo (hacha), pudiendo ser también San Matías, 
  k. Santo Tomás (escuadra)
  l. San Judas Tadeo (lanza).

Siguen estas imágenes la tradición manierista, sus vestidos son ampulosos con mantos recogidos en la cintura y plegado anguloso y profundo que denota la influencia de lo castellano, ya que Elcaraeta fue uno de los mayores propagadores del arte de Gregorio Fernández. Las posturas son declamatorias y teatrales, como las de los dos sentados del banco superior, y las cabezas, expresivas, realistas, con buenos detalles. Este barroquismo se acentúa por la buena labor de dorado y estofado. Llevan mantos rojos y vestidos verdes y viceversa, y muchas flores hechas a punta de pincel de coloresmatizados sobre el oro. En los enveses de los mantos hay rayados, en sus franjas roleos sacados del oro y escenas en óvalos relativas al santo. Así en San Pablo, San Pedro y Santiago se han representado sus martirios. Las carnaciones son mates, y exceptuando los colocados en alto llevan ojos de cristal.

Nichos superiores.
A. San Lorenzo
B. San Esteban

Remates laterales del último cuerpo
C. Dos enormes águilas con las alas desplegadas.
D. Jarrón

EL CONJUNTO
El retablo en su conjunto está considerado como uno de los más lujosos de Navarra en su estilo, y referente a él escribe María Elena Gómez Moreno  «A finales del siglo aparece en la ribera de Navarra un grupo de retablos suntuosísimos, con columnas y estrías quebradas y todo relleno de ovas, palmetas, volutas y otros temas sin nada figurativo; la parte escultórica consiste en relieves y estatuas, que siguen la tradición manierista con cierta penetración del influjo castellano. Las obras más notables del grupo son los Retablos de Viana y Los Arcos».
María Concepción García Gaínza ha calificado estos dos retablos de «obras realmente excepcionales del primer barroco navarro» y el vianés «de más calidad desde el punto de vista escultórico» y la obra maestra de Elcaraeta.