Historia crítica de la Inquisición de España

Título: Historia crítica de la Inquisición de España : obra original conforme a lo que resulta de los archivos del Consejo de la Suprema, y de los tribunales de provincia
Autor: Llorente, Juan Antonio
Lugar de publicación: Barcelona, Imprenta de Oliva
Fecha: 1835-1836
Formato: 8 volúmenes
Fuente: Biblioteca Digital Hispánica
Ficha

Juan Antonio Llorente

El cura de Bargota. Tomo III, p.100
12. Con efecto, aun hoy mismo dura en aquel pais la memoria del cura de Bargota (lugar de Navarra cerca de la ciudad de Viana, obispado de Calahorra), del cual, entre otras cosas, cuentan que habiendo sido brujo famosísimo en Rioja y Navarra, tomó el gusto de hacer grandes y larguísimos viajes en pocos minutos, viendo todas las guerras famosas de Fernando V en Italia, y algunas de Carlos V; y dando en Logroño y Viana noticia de victorias conseguidas aquel mismo dia á los antecedentes inmediatos que resultaba confirmada en el tiempo correspondiente. Añaden que una vez engañó á su Demonio por evitar la muerte del sumo pontífice romano Alejandro Y I ó Julio II (pudo suceder con cualquiera de ellos, atendidas sus vidas privadas). Según las memorias particulares inéditas de su historia, el Papa vivía mal con una señora casada, cuyo marido no podía quejarse en público, porque gozaba empleo elevado de nominación pontificia , y eran cardenales y obispos algunos parientes suyos y de su esposa ; pero en secreto concebía tantos deseos de venganza, que formó conjuración con otros para matar á quien le deshonraba. El Demonio afecto por pactos al cura de Bargota, dijo á este que aquella noche morirí a el Papa violentamente. Quiso el cura evitarlo; y sin revelarlo, á su espíritu familiar, le propuso que lo llevase inmediatamente á Roma, porque deseaba estar al tiempo de hacerse y publicarse la muerte, ver el entierro de un sumo pontífice, y escuchar todo lo que se hablara de resultas del caso; el Diablo lo llevó; el cura se presentó personalmente al Papa , venciendo muchas dificultades con decir que la cosa era urgentísima para bien del mismo sumo Pontífice, y tan secreta que no podía revelarla á otro alguno. En fin dijo todo á Su Santidad, quien, para premio de haber salvado su vida, le absolvió de toda censura y pena de su vida pasada, bajo la promesa de no volver á reincidir; después fué llevado á la Inquisición de Logroño; pero salió pronto y bien por los méritos contraídos. Credat Judaeus Apella.

El cura de Bargota. Tomo VIII, p.175
1529
(12 de enero.) Ordenanza de Cárlos V para que los moriscos de Granada dejen sus cuarteles separados y se reúnan enel centro de los pueblos.
Libro de F. Martin de Castañaga, franciscano, sobre los encantos.
Hacia este año proceso del cura de Bargota, que se decia ejercer la magia.

César Borgia. Tomo V, p.79
CAPITULO XXIX. DE LOS PROCESOS FORMADOS EN LA INQUISICION CONTR.V PRELADOS Y DOCTORES ESPAÑOLES DEL CONCILIO TRIDEIVTITO Y CONTRA OTROS OBISPOS.
ARTICUL O III.
César Borja duque de Valentinois, hijo del papa Alejandido VI.
En 1507 la Inquisición, por intrigas del rey Fernando V, formó proceso y trató de prender al príncipe César Borja, duque de Valentinois, cuñado del rey de Navarra Juan Albret, marido de su hermana Carlota de Albret, y probablemente se hubiera verificado su prisión en las cárceles secretas del Santo Oficio de Logroño, si un soldado noble castellano, Juan Garcés de los Fayos, natural de la vill a de
Agreda, no le hubiese quitado la vida cerca de la ciudad de Viana, no lejos de Logroño, en 12 de marzo de aquel mismo año, defendiendo la fortaleza de Viana, que combatía Cesar entonces, como capitán general de las armas del Rey su cuñado, contra don Luis de Beautnont, conde de Lerin, condestable de Navarra, yerno del rey calólico Fernando V, que no quería ceder la fortaleza. Era hijo natural del cardenal don Rodrigo de Borja (después papa nombrado Alejandro VI), y de la famosa Vanocia. César había sido también cardenal obispo de Pamplona, y arzobispo de Valencia; pero por
dispensación de su padre y voluntad del rey de Francia Luis XII (que lo adoptó por hijo suyo), se había casado, año 1499, con la hermana del Rey de Navarra, y obtenido los títulos, rentas y honores de duque de Valentinois, par de Francia , y capitán de guardias de corps de su padre adoptivo. A poco tiempo de haber muerto su padre natural, en 1503, le prendió en Ñapóles el virey Gonzalo Fernandez
de Córdoba, renombrado el gran Capitán, por órden del rey de España, coma perturbador público de su reino de Ni'ipoles: fué conducido prisionero á España y recluido (después de otras aventuras) en el castillo de Medina del Campo. De allí huyó con auxilios del duque de Benavente para Navarra cuando el rey Fernando estaba en su reino de Ñapóles. César dejó por hija única de su matrimonio á Luisa de Borja, duquesa de Valentinois, que casó, año 1517 con Luis principe de Tremouille, par de Francia , y en 1530 con Felipe de Borbon Bausset, varon de la casa real de Francia, y nieto de Luis de Borbon obispo de Lieja. Pocos hombres presenta la historia tan malos como César Borja. Era dignísimo de morir quemado mejor que todos los herejes juntos, que no hayan sido juntamente perturbadores públicos; pero no por eso atribuiré á zelo de la religión católica el proceso que se le formó por blasfemo heretical y sospechas de ateismo y materialismo. Su conducta práctica ofrecía las
pruebas que se quisiesen; y el Rey católico, no pudiendo conseguir de su sobrina, reina de Navarra Catalina de Foix , que asegurase y remitiera su persona, proyectó prenderle por los medios secretos de la Inquisición con auxilio del condestable de Navarra don Luis de Beaumont, casado con hija bastarda de dicho Rey católico.

Rafael de Muzquiz. Tomo V, p.184
CAPITULO XXIX. DE LOS PROCESOS FORMADOS EN LA INQUISICION CONTRA PRELADOS Y DOCTORES ESPAÑOLES DEL CONCILIO TRIDEIVTITO Y CONTRA OTROS OBISPOS.
ARTICUL O III.
De otros arzobispos j obispos.

5. Muzquiz (D. Rafael de), natural de Viana, reino de Navarra, diócesis de Calahorra, capellán de honor y predicador de los reyes Carlos III y Carlos IV, confesor de la reina María Luisa, esposa del último Monarca, sucesivamente obispo de Avila y arzobispo de Santiago. Se le hizo proceso por el Santo Oficio, como una consecuencia del que se habla hecho á D. Antonio de la Cuesta, arcediano de Avila, y á D. Gerónimo, su hermano, canónigo penitenciario en la misma catedral.
Hablaremos de ello en el capítulo 28. Este prelado fué una dé las personas que persiguieron á ambos, hermanos. Habiendo sido su proceso presentado original y entero al rey Carlos IV, y habiendo reconocido este soberano la intriga, condenó al arzobispo de Santiago á pagar una multa considerable, y á sufrir una reprensión que no le hace ningún honor. Los inquisidores no tenían interés alguno en poner ni suprimir ninguna hoja, y Carlos IV pudo verlo entero. Este es uno del cortísimo numero de casos en que los reyes de España han mandado que se les presenten las piezas originales hechas por los inquisidores, quienes opinan que esto es un abuso del poder de los ministros:  tal es la ceguedad en que viven con respecto á su jurisdicción, al origen de su autoridad, y á la naturaleza del secreto de su modo de proceder.
Otras referencias: