Autores: J. M. Pedrosa.
Clérigo nigromante español, que vivió entre la segunda mitad del siglo XV y la primera del siglo XVI y del que se desconoce cualquier dato biográfico. Según la tradición popular, debió nacer o ejercer como sacerdote en el pueblo navarro de Bargota.
En 1522, Fray Antonio de Guevara aludió en una de sus cartas a un nigromante llamado Johanes de Barbota, al que consideraba por entonces vivo. Y en el tratado sobre las supersticiones publicado por fray Martín de Castañega, en 1529, también había alusiones indirectas al mismo personaje, que le dan igualmente por contemporáneo. Pero ningún documento seguro se tiene sobre él.
El contraste entre todas las tradiciones literarias y orales, tanto antiguas como modernas, permite afirmar que el suceso más extraordinario atribuido a Joanes de Bargota fue un viaje por los aires, desde Navarra hasta Roma, a lomos de un demonio familiar al que astutamente engañó. El objetivo del viaje fue supuestamente el de auxiliar a un Papa, que debió de ser Alejandro VI (cuyo pontificado duró desde 1492 hasta 1503) o Julio II (que fue Papa entre 1503 y 1513). Según las mismas tradiciones, el Pontífice debía tener relaciones con la esposa de un alto cortesano que tramó el asesinato papal, y el cura de Bargota, sabedor gracias a su demonio familiar de la conjura, pudo entrevistarse con el Papa, revelar la trama y salvar su vida. A cambio de su ayuda y de la promesa de que rompería su pacto con el diablo, el Papa le absolvió de sus pecados. Según ciertas tradiciones, a su regreso a España debió dar cuenta a la Inquisición, pero con resultado absolutorio. En cualquier caso, no se conocen pruebas documentales de sus procesos.
La atribución de este hecho a Johanes de Bargota debe enmarcarse en una amplísima tradición leyendística arraigada desde muy antiguo en Occidente. Con Pitágoras y Plotino se relacionaron en diversas épocas fábulas parecidas. Diversas crónicas francesas de los siglos XI y XII atribuyen hechos muy similares a San Antidio de Besançon. En el XIII, la Crónica General de Alfonso X el Sabio relaciona un viaje parecido con San Atendio, obispo de "Vesytaña". Otras fuentes antiguas relacionaron este tipo de sucesos con Carlomagno, con San Máximo de Turín, e incluso con San Isidoro de Sevilla, caso éste que llegó a evocar Lope de Vega en su obra dramática El capellán de la Virgen. En la Edad Media circularon también por Francia, Italia y otros lugares de la cristiandad diversas leyendas protagonizadas por varios obispos que obligaron al diablo a servirles de cabalgadura voladora hasta Roma con el fin de ayudar a diversos papas, acosados por el Maligno. En el Renacimiento, la misma historia se atribuyó a diversos hechiceros, particularmente al doctor Eugenio de Torralba, personaje histórico cuyo perfil se confundió muchas veces con el de Joanes de Bargota. También fue acusado de realizar viajes parecidos el doctor Francisco López de Villalobos (ca. 1473-1549), célebre médico y nigromante de origen judío, que llegó a pasar ochenta días en prisión por ello. La literatura universal, desde el entremés El mago de Quiñones de Benavente hasta las diversas versiones que del mito de Fausto se han realizado a lo largo de la historia, ha recreado muchas veces el tema.
Numerosas leyendas y tradiciones sobre el Brujo de Bargota siguen vivas en la tradición vasco-navarra actual. Aparte de vuelos y viajes mágicos, se le siguen atribuyendo hechos como el de ser capaz de construir una iglesia en una noche, y muchos otros. Agapito Martínez Alegría se hizo eco, en La batalla de Roncesvalles y el brujo de Bargota. Historia, leyenda y folklore (1929) de las historias orales que en su tiempo circulaban sobre él.
Bibliografía
CAMPOS RUIZ, P., Leyendas y tradiciones estellesas (Pamplona, 1938).