Autor: varios. Comisaria exposición. María Paz de Miguel Ibáñez
Ilustaraciones: Iñaki Diéguez Uribeondo
Fecha: catálogo 2020, exposición 27-09-019 a 03-02-2020
Fuente: culturanavarra.es
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Fecha: catálogo 2020, exposición 27-09-019 a 03-02-2020
Fuente: culturanavarra.es
La Custodia
página 37
De la Edad del Hierro, en el yacimiento de La Custodia (Viana), recientemente se han recuperado los restos de un hombre joven abandonado en una calle con signos de muerte violenta. El Dr. J. Armendáriz, director de la excavación, lo ha relacionado con un episodio bélico recogido en las fuentes escritas, las Guerras Sertorianas (s. I a. C.). En el temporal izquierdo se identifica un corte vertical que afecta a parte del oído interno. Este golpe realizado con gran potencia con un arma de filo, quizás una espada, debió de ser la causa de la muerte de este individuo, siendo abandonado bajo los escombros del arrasado oppidum.
página172
Violencia en Viana. Javier Armendáriz Martija
En los años setenta del siglo I a. C. hubo en Roma una guerra civil que en Hispania afectó a muchas ciudades indígenas, involucradas en esta contienda al tomar parte por una u otra facción.
El 76 a. C. la ciudad berona de La Custodia (Viana), Navarra fue atacada por las tropas de Sertorio, quedando arrasada. En ella se ha documentado un testimonio excepcional: la muerte violenta de un hombre joven cuyo cuerpo quedó tendido en la calle bajo los escombros de las casas, con una herida mortal en el cráneo.
ilustración de Iñaki Diéguez Uribeondo |
página 173
Huesos temporales de hombre joven. María Paz de Miguel Ibáñez
Cráneo mal conservado procedente de un depósito localizado en una calle, bajo niveles de incendio. En el temporal izquierdo se observan signos de violencia.
Presenta un corte vertical que afecta al temporal penetrando en el peñasco. La fuerza ejercida con un arma blanca debió ser muy potente, no descartándose que el agresor fuera a caballo. No hay signos de supervivencia, por lo que este corte es la causa más probable de la muerte.
páginas 252, 253
Circunstancias del hallazgo. Excavación sistemática (campaña 2018). El sitio arqueológico de La Custodia es el solar de una ciudad prerromana enclavada dentro del territorio étnico que las fuentes clásicas atribuyen a los Berones. Conocido por la ciencia desde hace casi medio siglo, su prospección nos ha deparado una destacada colección arqueológica de restos muebles que las roturaciones agrícolas realizadas para la plantación de viña han sacado del subsuelo con cenizas y maderas quemadas. Las piezas más relevantes que se han recuperado –expuestas en la sala de Prehistoria del Museo de Navarra– son vasijas de cerámica indígena y de importación itálica, téseras de hospitalidad con inscripciones ibéricas, monedas indígenas y romanas republicanas, objetos de adorno personal, armas indígenas y romanas y objetos de la vida cotidiana (molinos, herramientas agrícolas en hierro y hueso, pesas de telar, etc.).
Número de sepulturas.Un esqueleto sobre la calle.
Ritual. Muerte violenta por acto de guerra.
Observaciones de interés. La población indígena de La Custodia, tal vez conocida con el nombre de “Uarakos” –la “Vareia” prerromana de Tito Livio– por el rótulo monetal acuñado por una urbe que así se llamaba, fue una ciudad fortificada que alcanzó una extensión de casi 15 hectáreas. Las investigaciones arqueológicas concluyen que estuvo estructurada en barrios a distintos niveles. La prospección geofísica realizada en 2017-2018 enseña a las claras un urbanismo ortogonal articulado por calles y manzanas de casas. Se ha excavado una calle que fue el escenario bélico en el año 76 a. C. entre sus habitantes y la milicia de Sertorio, lo que concuerda con la narración de Tito Livio cuando describe su destrucción en su lucha contra el general Pompeyo. Los restos humanos exhumados y las armas caídas sobre ella confirman que hubo una lucha cuerpo a cuerpo poco antes de su total destrucción por el fuego.
Hipogeo de Longar
página 27.
En Longar (Viana) se documentan varios casos de muerte violenta provocada por proyectiles de sílex que se encontraron penetrando algunos huesos. Para la exposición ha sido seleccionado uno de los casos en el que se observa una punta de flecha que atraviesa el arco posterior de una vértebra, cortando la médula espinal, provocando el fallecimiento del individuo.
páginas 250, 251
Circunstancias del hallazgo. Excavación arqueológica sistemática (1991-1993). El sepulcro prehistórico de Longar es una“rareza” arquitectónica dentro del panorama del megalitismo de la mitad septentrional de la península ibérica en cuanto que su carácter subterráneo con cámara delimitada por un muro de piedras de sillarejo lo aleja de
las habituales estructuras dolménicas de la región. Comparte con ellas la disposición de un corredor orientado al Sur, cubierta megalítica y, por último, una puerta megalítica perforada que facilitaba la apertura y el cierre de la cámara sepulcral, lo que lo emparenta con los dólmenes de Artajona. El desplome de su cubierta megalítica –sucedido en época antigua– posibilitó que el depósito funerario de este monumento haya llegado sellado e intacto hasta nosotros, pudiendo recuperarse en relativo buen estado tanto el material óseo como las armas y herramientas de una comunidad de campesinos –cultivaron cereal en la zona– del final del Neolítico (C-14: 3361- 2926 cal a. C.).
Número de sepulturas. Sepulcro megalítico colectivo. Número mínimo de individuos 114.
Ritual. Inhumación colectiva no simultánea en sepulcro megalítico.
Observaciones de interés. El sepelio consistió en la colocación de los cadáveres –sin cubrirlos de tierra– dentro de la cámara funeraria del panteón en posición flexionada recostados sobre el muro perimetral de piedra. El grueso del depósito no antropológico recuperado son una treintena de pequeñas puntas de flecha en sílex de cara plana o bifaciales con morfología foliácea, casi todas ellas rotas, incompletas y con huellas de impacto, como las que impactaron en los huesos de cuatro individuos. Por esto último el yacimiento de Longar es mundialmente conocido como ejemplo paradigmático no solo
de la capacidad mortífera de estos pequeños proyectiles de piedra de hace más de 5.000 años sino, lo que es más importante, de la clara relación violenta entre los grupos de las comunidades campesinas que habitaron por entonces esta parte del valle del Ebro.
Javier Armendáriz Martija
Susana Irigaray Soto
Referencias: