Rodrigo García de Jalón (1 de 4)

El Imparcial (Madrid). 5/5/1913, página 2
Fuente: Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España


SUCES0 MISTERIOSO
EL HOMBRE INVISIBLE
Sigue ignorándose en absoluto el paradero de D. Rodrigo García Jalón, el hombre desaparecido misteriosamente hace ya muchos días. Grandes serán los trabajos que la Policía realiza para encontrarle, no lo dudamos; pero el caso real y efectivo es que el señor García Jalón no da la menor señal de vida.
Rodrigo García de Jalón

Los «reporters», en cambio, han empezado su labor informativa, inquiriendo datos que sirvan, al mismo tiempo que para saciar el interés del público, de utilidad para el descubrimiento del desaparecido.
El Sr. García Jalón estaba domiciliado en la calle del Divino Pastor, núm. 2, principal derecha, en compañía, como ya hemos dicho, de un hijo suyo, de dieciocho años, y del ama de llaves.
Tiene el desaparecido otros dos hijos, uno alumno de la Academia de Infantería y otro en un colegio de San Juan de Luz.
El pasado día 20 el Sr. Jalón salió de su domicilio, después de comer, con un pariente suyo, funcionario de Hacienda en Guadalajara. Momentos después se presentó en el domicilio una bella muchacha, preguntando al ama de llaves, que había quedado sola, por el Sr. García Jalón. Como el ama le dijera que había salido, la joven la rogó que le permitiera pasar y sentarse.
Cerca de una hora estuvo la visitante descansando, durante cuyo tiempo hizo á la sirviente preguntas intencionadas, tales como si el Sr. Jalón era rico ó manejaba mucho
dinero, preguntas éstas á las que el ama de llaves no pudo contestar concretamente.
La visitante preguntó cuántos hijos tenía el amo de la casa. A esto sí contestó satisfactoriamente
la interrogada.
—Pregunto todo esto—dicen que añadió la joven—porque es muy posible que venga yo á vivir con él.
Al retirarse la visitante, el ama de llaves la preguntó su nombre para enterar al señor Jalón de la visita.
—Es suficiente—contestó—con que le diga usted que ha estado á verle la hija del capitán.
Y sin añadir palabra, se retiró la joven.
Ya por la noche, cuando regresó el señor García Jalón á su casa, fué enterado de la visita por su sirviente.
El Sr. Jalón dijo:
—Sí; es hija de un capitán. La conocí hace dos ó tres años, cuando aun era una chiquilla; pero ahora parece ser que no lleva una vida muy «católica». Por lo demás, es verdaderamente
hermosa.
Cuatro días después de ocurrir lo anteriormente referido, el Sr. García Jalón se presentó en el Círculo de Bellas Artes, donde hizo entrega de mil duros y recogió el resguardo correspondiente. Entonces fue cuando encargó al cajero que no canjease á nadie el resguardo, y le manifestó, además, que hacía la operación porque iba á un sitio al cual no le gustaba llevar dinero.
El siguiente día, viernes 25, se presentó, por la tarde, en el Círculo, una bella joven que, desconocedora del funcionamiento de la Casa, preguntó á un cochero en qué sitio se podía canjear un resguardo de 500 pesetas.

Antonio García, "botones" del Círculo de Bellas Artes

Pedro Méndez, el cochero

El cochero en cuestión transmitió la contestación á un «botones» del Círculo, que, haciéndose cargo del resguardo, acompañó á la joven hasta la Caja.
Añaden los informadores que ya iba el cajero á efectuar el canje del resguardo, cuando observó que no era de 500 pesetas, sino de 5.000. Luego se fijó en que estaba señalado con el número 6.
—¿Quién ha dado á usted esto?—preguntó el cajero á la joven.
—EI Sr. Jalón—contestó.
—Siento no poder pagarla—replicó el cajero, añadiendo:—Tenemos orden de no abonar esto.
La joven se retiró con su ficha, y el «botones», que había presenciado la escena, la siguió hasta la calle del Príncipe, donde vio que se unía á ella un individuo de aspecto achulapado; conversaron hombre y mujer y siguieron su rumbo. El «botones» regresó al Círculo.
Mientras tanto pasaron días y días, y el Sr. Jalón no volvió á parecer por su domicilio. Su joven hijo se alarmó con tal ausencia y se trasladó á la Dirección de Seguridad, en la cual interesó la busca de su padre. Antes, el joven había estado en el Círculo de Bellas Artes, donde se enteró de lo ocurrido con el famoso resguardo de las 5.000 pesetas.
El pasado lunes llegó á Madrid un próximo pariente del desaparecido. El forastero y el hijo del misterioso invisible se presentaron en la Dirección de Seguridad. Allí no sabían nada nuevo del desaparecido, sin duda porque no se practicase ninguna investigación.
También han sabido algunos penodistas que Antonio, el «botones» del Círculo de Bellas Artes, al salir de su servicio, á las cuatro de la madrugada del jueves, se encontró con una joven, en la que reconoció á la frustrada canjeadora del resguardo.
La siguió hasta la calle del Conde de Miranda, en una lo cuyas casas entró.
El «botones» se trasladó al domicilio del Sr. Jalón, á cuya familia enteró de lo que le habia ocurrido. Entonces los parientes del desaparecido revolvieron unos papeles y hallaron uno en el que constaba el nombre y apellidos de la joven, más las señas de su domicilio. La nota estaba escrita con lápiz por el Sr. Jalón.
Este dato y las demás observaciones reseñadas han sido puestas en conocimiento de la Policía, encargada de practicar investigaciones. Ya hemos dicho que la joven en cuestión ha sido interrogada detenidamente por la Policía. Del interrogatorio no ha salido la menor luz, y si sólo persistentes negativas de la joven, basta el extremo que ante el cochero, el «botones», el ama de llaves, que la reconocieron, ha afirmado que ni conoce al Sr. Jalón, ni ha estado en su casa ni en su
domicilio.
Hasta ahora; nada hay, al parecer, que aclare la verdad de lo ocurrido. Tarde ó temprano se aclarará, es indudable, y resultará un asunto de más ó menos importancia; pero el hecho, que, no se puede negar, preocupa grandemente, es que D. Rodrigo García Jalón, esté en Madrid ó ausente, no aparece por ninguna parte. Y el misterio continúa y continuará hasta que se sepa el paradero del
hoy hombre invisible.

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