Fecha: 13/06/1904
Autora: Marquesa de Fontenoy
Fuente: Library of Congress, Estados Unidos
PRINCE DE BEARN'S TITLES
To the Editor Tribune.MARQUISE DE FONTENOY
LOS TÍTULOS DEL PRÍCIPE DE BEARN
Al Editor de New York Tribune.
Señor: Evidentemente, el príncipe de Bearn no ha leído con la debida atención el párrafo contenido en estas columnas el 1 de junio y escrito en respuesta a una serie de preguntas que me habían llegado en cuanto al origen de su título de príncipe, respecto de las cuales surgió alguna curiosidad. existió debido al hecho de que no se encontraba en el Almanaque de Gotha. Pues se queja de que yo afirmé que estaba usando un título al que no tenía ningún derecho. mientras que simplemente declaré que mientras su nombre y título de Conde de Bearn son franceses, su título de príncipe no es francés. pero extranjero.
A esta declaración debo adherirme. Pues el título de Príncipe de Viana y de Bearn fue conferido al Conde Gastón de Bearne, padre del Príncipe de Bearn, que está estacionado en Washington, por la Reina Isabel de España el 9 de julio de 1868, solo unas pocas semanas antes de su depósito. Con respecto al título de Príncipe de Chalais llevado por el príncipe. y que le ha sido conferido de nuevo, junto con la Grandeza. por el actual Rey De España, que también, en el caso del príncipe, es una dignidad española y no francesa, como a continuación mostraré. Tampoco puede decirse que el título francés de príncipe haya sido heredado por el Secretario de la Embajada de Francia en Washington de los antiguos soberanos Bearn de la Edad Media. En todo caso, no existe constancia heráldica ni oficial de la misma.
El príncipe es miembro de la antigua casa de Gascuña de los Galard, que, según la tradición, desciende de uno de los cadetes de los antiguos duques de Aquitania. En 1508, el 12 de noviembre, Francois de Galard se casó con Jeanne de Bearn y, gracias a esta alianza matrimonial, la rama menor de la familia Galard asumió el nombre de de Bearn, que de otro modo se habrían extinguido, y desde ese momento en adelante se les conoció como Galard de Bearn. El Príncipe de Bearn es el jefe de esta rama menor, mientras que el Marqués de Galard Terraube es el jefe de la rama mayor; ni hay francés.
Sin embargo, ningún soberano francés otorgó autoridad a la rama más joven de la casa de Galard para asumir el título de príncipe junto con el nombre de De Bearn sobre la base de este matrimonio de Francois de Galard con Jeanne de Bearn en el siglo XVI. Tampoco ninguno de los gobernantes de Francia desde la gran revolución concedió este título al Galard de Bearn. De hecho, el padre del príncipe, el difunto Gaston de Bearn, pasó la mayor parte de su vida, no como Prince de Bearn, sino como Prince de Viana, y figura como tal en el "Etat Present de la Noblesse Francaise" de Ozier, en el "Dicttionnaíre Historique de la Noblesse Francaise", de Mailhol, y en otras obras de referencia referentes a la aristocracia francesa, es decir. como un español y no como un príncipe francés.
El padre del Príncipe de Bearn, que está destinado en Washington, se casó con Cecile de Talleyrand Perigord Chalais, en mayo de 1873, quien había heredado, según la ley española, aunque no según la de Francia, de su tío sin hijos, Elias Roger de Talleyrand Perigord, su Grandeza española y su título español de Príncipe de Chalais. De acuerdo con todas las leyes francesas que aún existen, en particular la de febrero de 1824, y que fueron promulgadas cuando Francia todavía estaba sujeta a una monarquía, los títulos nobiliarios solo pueden descender en la línea masculina legítima, y no en el lado de la rueca, que es decir, a través de las mujeres. El Príncipe do Bearn no podía, según la ley francesa, heredar de su difunta madre, o más bien del hermano mayor de su padre, su título de Príncipe de Chalais, aun admitiendo que había sido una dignidad francesa. Pero la ley española no sólo autoriza la descendencia de honores nobiliarios a través de las mujeres de una casa, sino que incluso dota de estas dignidades a los maridos de las mujeres que las han heredado. Así, la madre del Príncipe do Bearn, Cecile Talleyrand Perigord, al heredar, según las leyes españolas, el título principesco español de Chalais de su tío, invistió por ello, e ipso facto, a su marido Gaston Galard de Bearn, con la dignidad española de Príncipe de Chalais, que ya ha pasado a su hijo.
Esto, pues, creo, demuestra que el príncipe de Bearn, de quien sólo se oye lo que es agradable, y que es el mejor tipo de francés jamás enviado a Washington, es un Grande español, y que los títulos de príncipe de Chalais y del Príncipe de Viana, venidos a él tanto por herencia como por renovación por parte del Rey Alfonso XIII, son dignidades enteramente españolas, y no francesas; que su título de príncipe no es francés, sino extranjero, y que sus dignidades francesas se limitan a las de un conde de Galard de Bearn, nombre y título de los que tiene todos los motivos para enorgullecerse.
Lamento que se haya ofendido por haber imputado un origen papal a uno de estos títulos extranjeros. Pero seguramente, como miembro de una familia católica, no puede considerar como una indignidad los honores nobiliarios conferidos por el Papa.
MARQUESA DE FONTENOY